ESPACIOS PARA LIBERAR

En esta sección, gracias a la colaboración de la Fundación Prolibertas, pretendemos mostrar diferentes realidades sociales donde "liberar" es una acción y necesidad diaria.

* La Vida en Prisión no es fácil

arton71821-e1421239405121-537x318jpgEl Programa “Juan Gil” de la Fundación Prolibertas, lleva trabajando con varones que se encuentran en prisión desde el año 2003. A lo largo de todos estos años, por la casa de acogida, han pasado muchas personas, sin embargo, el programa no es un lugar de paso sin más, a menudo nos convertimos en la familia que no tienen, su hombro donde llorar, trabajamos marcando unos objetivos personales, celebramos sus logros y estamos ahí cuando llegan los problemas o fracasos personales.

Resulta complicado dar una visión de la vida en prisión, aun cuando se va a menudo, como es nuestro caso o el de las personas voluntarias, solo conocemos una parte de lo que allí se vive, nunca llegamos a sentir lo que ellos sienten en su día a día entre esos muros.

La vida en prisión no es fácil, desde fuera puede parecernos que las personas que, por distintas circunstancias cumplen una condena, están bien y tienen una estancia “agradable y tranquila”, pero nada más lejos de la realidad, entrar en prisión supone asimilar unos códigos internos que marcan a la persona desde el principio.

Tras el ingreso en el centro penitenciario y la posterior visita del trabajador social, psicólogo, médico… se ingresa en un módulo común y allí comienza una travesía que no terminará hasta la fecha de la libertad definitiva, y terminará en la prisión pero la travesía continuará fuera, ya que el paso por la prisión no es fácil de olvidar.

La persona tiene que acostumbrarse de un momento a otro a unas normas, horarios estrictos, nuevos canales de comunicación, largas esperas para obtener respuestas a sus preguntas o solicitudes, limites de llamadas, restricción de visitas… a todo esto se suma la sensación de miedo a lo desconocido, el no conocer a nadie en quien poder confiar o recurrir en un momento de duda. Hay que asimilar muchas cosas en muy poco tiempo, ya que tampoco puedes mostrar debilidad que pueda valer a otros para que intenten aprovecharse.

Como podéis imaginar, trabajar con personas que han pasado años dentro de una cárcel es complicado y no siempre resulta sencillo y gratificante. En muchos de estos casos, la trayectoria personal y familiar juega un papel muy importante, ya que una amplia mayoría de nuestros usuarios tiene un historial delictivo más amplio, no suelen tener vínculos familiares o son inadecuados, no suelen tener estudios ni hábitos laborales consolidados, pueden haber tenido problemas de consumo y a todo esto podemos sumar un largo etcétera que suele dificultar el camino hacia la reinserción social reinserción social.

Nuestro trabajo consiste en una atención integral de la persona. Desde que conocemos los casos en la prisión, bien sea a través del Capellán, trabajadores del centro u otros voluntarios, hacemos un seguimiento individualizado, nos entrevistamos con ellos y ya vamos planteando una intervención personalizada de cara primero a los permisos penitenciarios y después a una estancia más larga en la casa bien sea en libertad condicional o definitiva.

Una vez en la casa de acogida, los usuarios tienen cubiertas sus necesidades básicas, se les instala en una habitación individual, se les explican los horarios y se les recuerdan las normas que, previamente, han firmado en la entrevista de acogida en la prisión. Los objetivos durante su estancia van más allá de tener un sitio donde comer o dormir. Firmar las normas conlleva una responsabilidad y el compromiso de trabajar por un futuro mejor. Por mucho empeño que los técnicos pongamos en que una persona salga adelante, no podemos hacer nada si ésta no está convencida del cambio quiere hacer y lucha con ganas por conseguirlo. Como hemos comentado antes, no todo son alegrías en este proceso, pero nuestro trabajo consiste en animar y motivar siempre para que no decaigan en su lucha.

Las relaciones personales son muy importantes para garantizar el éxito de la reinserción, que la persona cuente con una red de apoyo que valore sus progresos o quien compartir preocupaciones, con quien salir de vez en cuando y realizar alguna actividad, en definitiva, con quien compartir la nueva vida que están construyendo.

Por nuestra parte, somos los primeros en facilitar y fomentar esos lazos de confianza, trabajamos el desarrollo habilidades sociales y de comunicación, cuidados personales, hábitos de vida saludables, desarrollo de habilidades prácticas… tratamos de que la persona sea lo más autónoma posible para que no tenga que depender de nadie y ofrecemos un entorno estable y favorable donde tener una nueva oportunidad en la vida, sin embargo, todo esto no es suficiente si la sociedad, partiendo de que todos y cada uno de nosotros podemos hacer algo por el prójimo,  no les da una segunda oportunidad en la vida.

Rocío Melero 

Educadora Social

Fundación Prolibertas


* El deseo de una segunda oportunidad

segundaoportunidadjpgAntes de pasar a realizar la descripción sobre la metodología de intervención que empleamos desde la Fundación Prolibertas, sería interesante hacer una breve reflexión sobre algunos de los rasgos característicos relacionados con dicha población, como consecuencia del proceso de encarcelación “La Cárcel y sus Consecuencias” J. Valverde:

· Baja tolerancia a la frustración: cuentan con una sensibilidad excesiva hacia todo aquello que sea desagradable, no toleran contratiempos, molestias o demoras en la satisfacción de sus deseos y no soportan sentimiento o circunstancia desagradable. Frecuentemente albergan sentimientos de ansiedad, tristeza, agitación, resentimiento, humillación y enfado.

· Incapacidad para demorar el refuerzo: mantenerse en el tiempo, realizando alguna actividad, para obtener una recompensa.

· Alta impulsividad: Presencia general de grandes dificultades a la hora de inhibir la respuesta.

· Locus de control externo: Consideran que lo que le pasa no depende de ellas y de su conducta, sino de factores externos, de la suerte (pensamiento mágico), por lo tanto, tampoco se considerará capaz de controlar su ambiente.

· Egocentrismo: Como la impermeabilidad a las influencias externas. Este rasgo dificulta al sujeto en su relación, ya que presenta una marcada tendencia a sentirse el centro en cualquier relación, lo que impide que perciba cualquier tipo de influencia proveniente del exterior.

· Presentismo galopante: Si no puede controlar su presente, mucho menos su futuro. Tanto por la extremada primariedad de su comportamiento como por la imprevisible dirección de su vida en la cárcel, se deja llevar por un vivir sólo el presente desde el fatalismo, la ausencia de introspección, planificación y análisis de consecuencias.

· Síndrome amotivacional: No se interesa por nada, está cerrada a la novedad. Trata de defenderse de las emociones con una aparente dureza emocional cerrada a influjos externos.

· Baja autoestima: Impotencia. Sentimiento de inferioridad que le hace situarse con “envidia” agresiva hacia los “pringaos” normalizados. Es difícilmente capaz de definirse desde sus potencialidades. 

Los tres primeros meses de libertad son especialmente delicados, en ellos aparecen cuadros psicosomáticos caracterizados por la ansiedad, el insomnio, problemas de concentración y diferentes fobias. De ahí que, tan importante como es el apoyo durante la reclusión, éste debe intensificarse una vez que la persona ha sido liberada.

Por lo descrito anteriormente, es necesaria una intervención adaptada a las características y complejidades que presenta este colectivo, con respecto a la inclusión social y laboral. Para ello, la Fundación Prolibertas lleva a cabo el Programa “Acogida, Promoción e Inclusión Socio Laboral de personas privadas y ex privadas de libertad” en diferentes localizaciones de nuestro país, además del programa Reincorpora de “la Caixa”, que ejecuta desde enero de 2017, en la ciudad de Algeciras.

A través de los mismos, se pretende lograr la adquisición de las COMPETENCIAS TRASVERSALES Y LABORALES que, desde nuestro punto de vista, requiere el desarrollo de las cualidades y potencialidades propias, en tres planos fundamentales:

1.     Cognitivo: Conocimientos generales, saber técnico y saber hacer.

2.     Socio afectivo emocional: Saber ser y actitudes positivas hacia el trabajo.

3.     Comportamental: Saber estar

Para ello, es necesario el TRABAJO EN RED con las diferentes Administraciones Públicas, Entidades Sociales, Empresas y Establecimientos Penitenciarios. Quienes nos acompañan en los procesos de mejora para la inclusión social y laboral, de las personas privadas y ex privadas de libertad.

METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN

Desde la Fundación Prolibertas, vemos como herramienta fundamental de trabajo para la inclusión socio laboral de las personas privadas y ex privadas de libertad, el diseño, desarrollo y seguimiento de ITINERARIOS PERSONALIZADOS DE INSERCIÓN, que cuentan con dos claves fundamentales para un mayor éxito:

1.   Que el diseño de los itinerarios de inserción se realice con la participación de la persona, y poniendo en énfasis el identificar y potenciar las capacidades personales que actuarán como un elemento clave en su proceso de inserción socio laboral.

2.   El acompañamiento personalizado continuado que, de soporte al proceso de cambio personal, potenciando la autonomía individual, la toma de decisiones y el reconocimiento de las posibilidades del entorno y la definición de proyectos profesionales y personales. 

Se hace hincapié en el desarrollo de las COMPETENCIAS TRASVERSALES, como herramienta fundamental en su proceso de Inclusión, ya que favorece el mantenimiento de las relaciones sociales de forma equilibrada, con la finalidad de facilitar la inserción socio laboral.

Para ello, utilizamos diferentes técnicas y recursos en los que nos apoyamos para realizar una intervención integral, que nos facilite alcanzar los objetivos deseados, a nivel individual, grupal y comunitario. Todo ello se trabaja de la siguiente manera:

-     Las Sesiones Coaching Personal: Es el encuentro y alianza que se establece entre la persona y el personal técnico de referencia, en que se ofrecen herramientas y apoyo, para el desarrollo de objetivos y metas personales y profesionales. Así mismo favorece la toma inicial de consciencia, para saber de dónde partimos y dónde queremos llegar.

-     Los Talleres Grupales, que permite facilitar el proceso de aprendizaje porque plantea interrogantes, abre cuestionamientos, y estimula la provocación y resolución de conflictos. Se utiliza como herramienta que favorece el proceso de socialización y facilita el contraste de opiniones, la reflexión y el diálogo, sobre las propias vivencias, deseos, pensamientos e inquietudes.

El grupo puede proporcionar una retroalimentación más rica y variada de la que puede aportar un solo individuo a otro, incrementa las expectativas de cada persona ante el problema y hace disminuir la ansiedad al enfrentar la tarea, al que no está sola y que otras personas, se enfrentan a un problema o situación similar. A su vez, dichas técnicas posibilitan un marco lúdico y de gratificación.

Se utilizan técnicas de presentación, autoconocimiento, autoestima, resolución de conflictos, manejo del estrés, planificación, gestión del tiempo, comunicación asertiva, autocontrol, etc.

-     Participación en actividades comunitarias: Es fundamental el ir generando espacios donde el colectivo destinatario pueda compartir con la población en general, rompiendo los mitos y estigmas a los que se ven sometidos

A través de la intervención, en los diferentes programas de atención a personas privadas y ex privadas de libertad que lleva a cabo la Fundación Prolibertas, pretendemos mejorar las condiciones de empleabilidad y, con ello, lograr la inclusión social y laboral de las personas, quienes buscan y desean una segunda oportunidad, tras el periodo de encarcelación vivido.

Cristina Suárez Leonsegui
Técnica Reincorpora
Fundación Prolibertas


*  Una mirada a la exclusión social desde la perspectiva de género.

girl-431720_1280jpgCon el presente artículo se pretende hacer una reflexión sobre exclusión social y género, y terminar aterrizando y abordando la realidad nos encontramos en la Fundación Prolibertas y como intervenimos y acompañamos en este proceso a las mujeres y familias que atendemos. 

Para ello, primero explicaremos lo que entendemos por exclusión social, así en la Unión Europea concretamente, la Comisión de las Comunidades Europeas en su Informe Complementario: “Exclusión Social - Pobreza y Otros Problemas Sociales en la Comunidad Europea ISEC/B/11/93 el término de exclusión social se centra en el carácter multidimensional de los mecanismos a través de los cuales se niega a los individuos y a los grupos a participar en los intercambios, las prácticas y los derechos sociales, que son imprescindibles para la integración social y, por lo tanto, para su identidad”. 

El proceso de exclusión social tiene distintas fases en la medida en que la persona es anulada por las reglas del juego social, así pues hablamos de precariedad, vulnerabilidad o exclusión severa. 

Existen múltiples factores que provocan que determinadas personas queden excluidas de los intercambios normales, de las prácticas y derechos de la sociedad. La pobreza es uno de los factores evidentes, pero existen muchos otros como la vulneración de derechos en la vivienda, la educación, el acceso al mundo laboral, la sanidad. Todos estos factores de vulnerabilidad generan situaciones de desventaja como por ejemplo: el desempleo, la precariedad laboral, los cambios en las estructuras familiares, el individualismo y la competitividad, los fenómenos migratorios, etc. Todas estas situaciones pueden estar interconectadas afectando en mayor medida a una parte de la población, por ello, no todas las personas son igualmente vulnerables a los procesos de empobrecimiento y de exclusión social. 

Hoy en día hay grupos sociales particularmente vulnerables tales como la infancia, los/as jóvenes, los/as discapacidos/as, los/as inmigrantes, las mujeres, las minorías étnicas y los mayores de 45 años. Y en todos estos grupos sociales, la desigualdad se agrava por razón de género. Entendemos por género el significado que se otorga en la sociedad a la masculinidad y feminidad y su relación. El significado que otorga la sociedad a las personas, según el rol que esperan que desempeñen, contribuye al posicionamiento del individuo en la sociedad. El género es, por lo tanto, una construcción sociocultural. El género varía según el origen, la clase social y el nivel educativo. Por ello, es fundamental incorporar la perspectiva de género cuando se pretende comprender y trabajar contra la exclusión social. Si estamos de acuerdo en que las mujeres se enfrentan a la exclusión social de diferente modo que los hombres, debido al rol asignado a su sexo en la sociedad como la responsabilidad, la autonomía, las oportunidades, las dificultades, las relaciones de poder, etc. 

La falta de reconocimiento del género femenino actúa como elemento de subordinación social y económica. Por ejemplo explicando esto en el ámbito laboral la mujer suele estar peor pagada, se dedica a trabajos “feminizados”, ocupa menos puestos directivos, dispone en mayor medida de jornadas reducidas “trabajo ámbito público” para poder cumplir con la crianza y la tarea doméstica no remunerada, siendo posicionada familiarmente como el “ingreso extra”. En el ámbito familiar, el patriarcado queda evidenciado por la forma en la que la mujer se acerca a la esfera pública por ejemplo en el ámbito laboral asume un papel secundario, priorizando las responsabilidades familiares del ámbito privado.  

Todo este análisis reflexivo nos lleva a comprender el estado en que una mujer llega hasta uno de nuestros recursos. Cuando te sientas junto a ella, y comienzas a conocer su historia. 

En nuestro programa las usuarias que atendemos específicamente son reclusas, en muchos casos inmigrantes, en la mayoría de ocasiones madres con responsabilidades familiares no compartidas, sin recursos económicos, ni vinculación social aquí en España y además, mujeres. Si contásemos el número de factores de riesgo que llevan consigo podríamos decir que, en este proceso de exclusión social estas mujeres en la mayoría de ocasiones se encuentran en una exclusión severa. 

Nuestro trabajo se centra en acompañarlas en su proceso de inserción, en primer lugar trabajando la persona, haciéndolas conscientes de los roles que la sociedad nos asigna en función de las etiquetas que todos cargamos, y trabajando su empoderamiento. En segundo lugar, aunque no menos importante, acompañándolas en su proceso de inserción sociolaboral, pudiendo generar los cambios planteados. Por ello, se encuentran y nos encontramos con múltiples dificultades para que estas mujeres puedan crear un proyecto de futuro que las permita una plena inserción. Aunque la realidad que nos encontramos es esta, la fuerza, el entusiasmo y las ganas que estas mujeres tienen de superar las dificultades en las que se encuentran, hacen que se impliquen de forma activa en su proceso y consigan en un gran porcentaje una plena autonomía e inserción.

Eva Ovejero 

Responsable de la Casa "Miguel Ferrer" de Prolibertas (Madrid)


* Inmigración:  Necesitamos sentirnos  queridos. 

inmigracionjpgLleva ya 15 años de trayectoria y durante todo este tiempo ha ido cambiando el perfil de persona que llegaba a Antequera buscando una oportunidad, para ellos y sus familias.

El perfil, ha pasado de ser un varón de entre 30 y 50 años, que venía solo, dejando en su país a su familia de origen (padres y hermanos) y a su familia adquirida (mujer e hijos), para ganar algo de dinero y poder regresar con su familia.

En la actualidad el 90% de las personas que acuden al recurso son jóvenes, que dejaron sus casas y familias siendo apenas unos niños, entre 14 y 16 años de edad. Después de deambular por sus países de origen (Marruecos, Costa de Marfil, Mali, Camerún, Argelia…) durante meses o incluso años consiguen alcanzar las costas españolas jugándose la vida literalmente. Llegan en patera o en los bajos de un camión.

Cuando por fin están en suelo europeo, dependiendo de la edad con la que hayan conseguido llegar, su futuro será muy distinto.

Al ser interceptados por la policía se determinará su edad bien a través de algún documento oficial si es que lo traen y si no es el caso a través de una prueba ósea.

Si resultan ser mayores podrán ser internados en un CIE (centro de internamiento de extranjeros) donde podrán permanecer un máximo de 60 días, en estos centros se encuentran prácticamente en régimen carcelario, pese a no haber cometido ningún delito. Transcurrido el periodo máximo de estancia hay dos alternativas, o devolverlos a su país de origen o proceder al des internamiento y dejarlos en la calle, casi con total seguridad con un expediente de expulsión abierto. Teniendo que buscarse la vida en España en situación irregular, en algunos casos cuentan con algún contacto, amigo o familiar, que les pueda ayudar ubicarse pero en otros muchos casos no tienen dónde ir y no conocen a nadie que les pueda presta ayuda.

Si resultan ser menores de edad, pasan a un centro de menores donde estarán tutelados por la administración pública hasta alcanzar la mayoría de edad. De esta forma tienen garantizados todos sus derechos (alojamiento, manutención, educación, sanidad y en la mayoría de los casos regularizar su situación administrativa en España).

El mismo día de su 18 cumpleaños el joven tiene, necesariamente, que abandonar el centro de protección de menores y deja de estar amparado por la ley del menor. A partir de ese momento él es el único responsable de su mantenimiento y sostenimiento en España.

Nos encontramos en este caso ante jóvenes extranjeros, con dificultades de comunicación por la barrera del idioma, sin hábitos laborales ya que muchos no han trabajado en sus países de origen porque emigraron siendo unos adolescentes, sin formación ya que no han tenido posibilidad de estudiar en sus países y al llegar a España se han escolarizado pero el desfase educativo es brutal principalmente por el desconocimiento del idioma.

Son chicos que presentan gran desarraigo familiar, aunque en la mayoría de los casos mantienen contacto telefónico con la familia.

Es tremendamente complicado para un chico de apenas 18 años, sin formación profesional, sin hábitos laborales, extranjero y en el mejor de los casos con permiso de residencia, que no de trabajo, obtener un empleo mínimamente estable que le permita tener los ingresos suficientes para mantenerse por sí mismo haciendo frente a los gastos derivados del alquiler de una vivienda, luz, agua, gas, comida, ropa, zapatos, medicinas y cualquier otro gasto producido por el desarrollo de una vida normalizada como la de cualquiera de nosotros.

Son chicos que si bien han elegido emigrar esto ha sido producto de las poquísimas oportunidades que les ofrecen sus países de tener una vida mejor, diferente a la que han tenido sus padres o abuelos. Es producto de perseguir un sueño, a sabiendas de que pueden perder la vida por el camino y que las dificultas que les esperan nos insospechadas. No dejan nada material atrás pero si dejan a la familia, amigos, vecinos, se alejan del cariño de los suyos para llegar a un lugar donde tendrán que ganarse el acercamiento, la confianza y el respeto de cada una de las personas que se encuentren por el camino, tarea nada fácil en los tiempos que corren donde la desconfianza y el miedo a lo diferente se apodera poco a poco de nuestros pensamientos.

Al final todos queremos y necesitamos lo mismo, da igual en que parte del mundo nos encontremos. Queremos y necesitamos sentirnos parte de un grupo, sentirnos reconocidos y queridos por quienes nos rodean.

Soledad Muñoz Ortíz
Responsable de la Casa de Inmigrantes "Juan de Mata" de Prolibertas (Antequera)


* Porque tuve hambre...

2688dd13-0d67-49ee-bcc5-76bed8836195jpgEn primer lugar y antes que nada, quisiera desearos a todos y todas cuantos leéis estas líneas, un feliz año 2017 y agradecer a la Pastoral Juvenil Trinitaria la oportunidad que nos da, de poder difundir la labor que realizamos en el Comedor Social “San Juan Bautista de la Concepción” en Córdoba.

Para aquellos o aquellas que no nos conozcáis, deciros que estamos ubicados en la ciudad de Córdoba desde el 14 de febrero de 1989. Damos cobertura a necesidades básicas de personas y familias, en riesgo de exclusión social y que por sus propios medios no son capaces de satisfacer estas necesidades. Cuando hablamos de necesidades básicas nos referimos a: comida, ropa, higiene y cercanía personal que aunque según para quien, no se pueda contemplar como una necesidad básica, para nosotros no es menos que las otras tres.

Supongo que después de leer lo anterior, entenderéis porque del título que encabeza este artículo.

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis…”
Mt. 25, 35-36

Estas palabras recogidas en el Evangelio de San Mateo y pronunciadas por Jesús hace casi 2000 años, nos mueven directamente en la misión de nuestro recurso y tienen vigencia plena en la actualidad.

Os expondré una serie de datos para que os hagáis una idea del trabajo que Fundación Prolibertas, ha desarrollado en esta Delegación de Córdoba, durante el pasado año 2016. Hemos dispensado los siguientes servicios:

• Se han atendido a cerca de 1.300 personas.
• Más de 18.000 servicios de comida.
• 19.000 bocadillos.
• Casi 4.000 desayunos.
• Más de 3.000 servicios de ducha.
• Casi 4.500 servicios de ropero
• Más de 100 canastillas para bebés recién nacidos cuyas familias carecen de recursos económicos suficientes.
• Se han dispensado 1.200 repartos de alimentos a familias.
• Y se le ha proporcionado ropa tanto para las personas como para el hogar a más de 120 familias.

Estos datos, que como todos los números son fríos e insensibles, solo vienen a sustentar una idea, las personas que atendemos desde Fundación Prolibertas, son los/as nuevos Cristo de nuestro tiempo, los/as desechados/as por una sociedad que camina con demasiadas prisas y da la espalda a aquellas personas que no son capaces de cubrir las expectativas globales que se prescriben, los/as últimos/as de la sociedad pero que paradójicamente para Dios son los/as primeros/as, los/as indispensables, los/as predilectos/as.

Estas personas: Eusebio, Pepi, Mohammed, Antonio, María… son tan heterogéneas como sus propias historias. Encontramos entre ellas, adicciones a distintas sustancias, joven extutelado por la administración pública que se abandona a su suerte al cumplir la mayoría de edad, persona con enfermedad mental que no cuenta con recursos apropiados para su situación, mujer que hereda la situación de pobreza y escasez de recursos de su propia familia y un largo etcétera de situaciones y circunstancias que los/as describirían. Pero detrás de todas estas, encontramos una circunstancias que los/as iguala, que nos iguala, el Amor de Dios hacia todos/as nosotros/as.

Ahora que aún tenemos reciente la celebración del nacimiento de Jesús, quisiera que fueras capaz de pararte por unos instantes a reflexionar sobre este acontecimiento y su significado en tu vida. Profesas una fe en un Dios Todopoderoso y Misericordioso que tanto nos Ama, que nos envió a su único Hijo. Entre otras muchísimas cosas, Jesús nos ofrece un modelo de vida excepcional, volcado en el servicio a los demás, donde primero está el/la prójimo/a y después está Él. Jesús durante sus treinta y tres años de vida entre nosotros, nos aporta un testimonio de vida centrado en el servicio pero también en la búsqueda de una mayor justicia entre todos y todas. Desechó diferencias y estratificaciones sociales, dio protagonismo a personas que hasta ese momento no lo habían tenido. Jesús fue (y sigue siendo) el instrumento perfecto para ejecutar el Plan de Dios.

Fundación Prolibertas, desde nuestra humildad intentamos seguir los pasos del Nazareno y por tanto, procuramos la búsqueda de esta igualdad en nuestros entornos de influencia. Te ofrecemos nuestra Entidad para que puedas desarrollar esta “obligación” que tienes como Cristiano/a, de promover el cambio y por tanto, ser colaborador/a en mejorar la vida de los preferidos/as de Dios. Estos/as hermanos/as que atendemos desde nuestra Entidad, reflejan al Jesús doliente, ultrajado y despreciado 2000 años después. Su situación de vulnerabilidad y exclusión son los nuevos estigmas que aparecen en estos tiempos que nos han tocado vivir. Te toca posicionarte ante nuestra realidad. Puedes ser parte del pueblo que ante el sufrimiento se da la vuelta, prefiere a ídolos “abarrabasados” y niega la realidad que vive. En estas situaciones no nos encontrarás. Por el contrario, puedes ser “Cirineo” de tus hermanos y hermanas, aliviar la carga y ser uno de esos Apóstoles que en el momento más duro acompañas y alivias el sufrimiento. Tú eliges.

“…Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí me lo hicisteis…”
Mt. 25, 40

David Lino Carmona
Trabajador Social Fundación Prolibertas